Las certezas se presentan de modo indescifrable, a veces en sueños, a veces en premoniciones, pero siempre traen consigo esa estela de verdad que se opone a permanecer oculta tras el manto de la ignorancia.
Así es como supe que algo había ocurrido, pues me lo dijeron mis recurrentes sueños en que esa silueta se acercaba desde un horizonte distante y llenaba con su inmensidad todas las capas de mi visión, como la marea rugiente en el mar tranquilo, invadiendo con voracidad insospechada mis fantasías y mis expectativas.
Ahora sólo es cuestión de reaccionar, como reacciona el murmullo ante el silencio lapidante y como reaccionan los ojos ante la luz, adaptándose y buscando en la ilusión del control un motivo más para albergar la esperanza después de la oscuridad.
