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sábado, 31 de diciembre de 2011

Reflexión

Uno más que deja su huella en mi pasado y uno menos que contar en el tintero de la vida, lo que ha dejado y lo que he dejado pasar es parte de la historia, ahora es tiempo de pensar en la urgencia del movimiento, es hora de retomar las riendas de mi camino, y decidir de una vez por todas que vertientes debe tomar.

sábado, 26 de noviembre de 2011

Niebla (versión editada)

El panorama es borroso y difícil, los cerros parecen gigantes ocultando su rostro y las casas se pierden en su similitud, todos los elementos se funden en uno, un paisaje que se levanta de entre las tinieblas de la noche y que debe limpiarse el paño de los ojos para renacer al día que siempre llega, aunque a veces tarde mucho más en venir y todo parezca penumbra eterna.

Así es Aztla, la civilización, el pueblo, el foco de humanidad lejos de la barbarie de la tierra salvaje, indómita, la incontable zona azul que rodea nuestro mundo explorado y que contiene al peligro en todas sus manifestaciones; solo aquí estamos seguros, guarecidos detrás de los guerreros de piedra, nuestros protectores naturales,  montes más antiguos que la vida, hermanos del fuego y del viento, que solo encuentran rival en la neblina que nos azota desde hace muchos días y que parece devorarlos lentamente; así es, la niebla los debilita, los hace lejanos y confusos, les miente y deja que la maldad de los espíritus penetre cada vez más cerca y que la batalla eterna de la dualidad se haga presente.

Hemos rezado a los dioses, pero no  escuchan, ellos sintieron la presencia del mal oculta tras la espesa bruma y nos han advertido por medio de designios funestos, a partir de entonces,  nuestros jóvenes guerreros marcharon a la guerra con la certeza de que estarían acompañados por ellos y que sus macahuitl se llenarían del escarlata de la sangre de nuestros perseguidores.

Hombres y dioses defendiendo nuestra ciudad milenaria acechada por los temibles seres sin alma, aquellos con cabezas de animales, de águilas, de jaguares, cuyo deseo es conquistar la fértil tierra roja que nos resguarda.

El pueblo duerme, o al menos trata de dormir, la pesada capa en el aire simula la noche, nadie nota diferencias entre días y noches, sólo se escuchan pasos difusos con cascabeles ruidosos en son de guerra y tambores tan cerca de nosotros como nuestras murallas naturales, cuyo estruendo parece arrancar la ilusión  que aún nos queda.

Entonces los que nos quedamos en el pueblo nos ponemos a meditar, nuestros muchachos son valientes, pero poco pueden contra los malignos atacantes que destruyen y matan por placer y llevan la sangre derramada como trofeo; ellos son indomables aún para nuestros dioses unidos,  nadie sabe que fuerzas los apoyen, pero se levantan de nuestros golpes, esquivan nuestras lanzas y aplastan nuestras cabezas.
Nuestra esperanza es que cuando el sol triunfe en Aztla nuestros soldados podrán acertar los golpes y así liberarán nuestro lugar de las tinieblas.

A pesar de eso la gente teme, sus dudas causan pánico e incertidumbre, somos asaltados por el miedo y éste quebranta el espíritu.

De pronto el ruido de la lucha se calma, nadie sabe que ocurrió y las voces inquisitivas se dejan venir. Salgo de mi escondite y observo las demás viviendas que en sus techos dejan ver ligeros rayos de sol que poco a poco abren senderos de luz benefactora.

Ya no hay dudas ante esa visión, hemos vencido, los dioses nos dieron la victoria y los soldados la aprovecharon, por fin la niebla se disipa y la gloria y esplendor de Aztla regresa. La gente sale para ver el sol, pues saben que con la luz también ha llegado la victoria y la paz.

Ahora todos marchamos hacia los montes para esperar la llegada de nuestros hijos y hermanos que partieron a la lucha dispuestos a ganar o a morir en el intento. Muy cerca se oye la marcha de los sobrevivientes que por el ruido parecen ser muchos y parecen estar justo atrás de los árboles que representan la entrada a la ciudad.

La calma y el silencio reinan gracias a una incertidumbre contagiosa entre los que esperamos, nadie se mueve ni murmura siquiera en busca de una respuesta al silencio de los guerreros ocultos. De pronto un silbido certero quebranta el ambiente, ha sido una lanza cuyo filo de obsidiana se clava en el pecho de una mujer que grita antes de encontrar la muerte. El caos lo sustituye todo, mientras los gritos deformes predominan en los que hace unos momentos festejaban, yo me pregunto el porqué de la derrota y el destino de Aztla y de la tierra roja que caen rendidas ante los seres sin alma.

Con nuestra muerte vimos el comienzo de la nueva era y sabemos que ellos lo gobiernan todo, pero aún nos queda la ensoñación de que algún día serán ellos los que caigan en manos de nuevos demonios y entonces sufran lo que ahora sufrimos.

Mínima expresión II

LLAMADA DE ATENCIÓN

Saltó sin miramientos del décimo piso, la gente se amotinaba incluso en las aceras vecinas, en su rostro se dibujaba una mueca triunfante, el dulce sabor de saberse por fin, tomado en cuenta.

TRANSFORMACIONES

Las plumas como agujas se enterraban en sus dedos, no podía comprender de donde salían tantas y tan copiosamente, se imaginaba un río de plumas filosas corriendo por sus venas, una estela mortal de bellos colores, pero al final, ya no tenía manos, solo dos graciosas alas que combinaban con el resto de su emplumado cuerpo.

DESPERTAR

El sueño se alargaba interminablemente, tramas enredadas convergían en su teatro nocturno, miles de rostros de protagonistas difusos le confundían, historias inexplicables se sucedían unas a otras, el cansancio le apresaba y lo que más miedo le infundía, era el inexorable hecho de que aún le hacía falta despertar a la vida.

VACÍO

Miró dentro de la casa y no encontró a nadie, sólo la propia estela del abandono que llenaba cada rincón y el ruido confuso y lejano de un cigarra que bien pudo ser inexistente, no había tiempo de constatarlo, únicamente se le ocurría correr al espejo y asegurarse que él mismo continuaba ahí, sin embargo no pudo soltar ni un grito ahogado, también su reflejo había desaparecido.

LLUVIA

Copiosamente el agua se precipitaba contra su cabeza, se quitó los lentes para ver mejor, la humedad y su calor  corporal los empañaban constantemente, pero al volver a ponérselos ya no había lluvia, ni agua, ni nada, sin darse cuenta había escapado del mundo en un abrir y cerrar de ojos.

CIELO

Después de meditar llegó a una conclusión, el cielo no existe, por que es imposible concebir un cúmulo de momentos entrañables sin una sola mancha de ansiedad, sin una hora desagradable, sin una molestia en alguna parte; entonces se levantó de su nube y descendió a los infiernos.

jueves, 15 de septiembre de 2011

Gamble R E D


Los destellos brillantes molestaban sus ojos, mientras el manto de la noche se cernía sobre su camioneta, cuya aguja no descendía a pesar del temor, como guiada  por la inercia de aquel que huye sin saber plenamente de que.

En situaciones peligrosas como esa, sus manos nerviosas se asían al volante como si fuera una boya en mar abierto, recordándole cómo él mismo se prendía firmemente de una ilusión para no dejarse llevar por la tristeza y la soledad.

Cansado de conducir  y de que los letreros rezaran indicaciones confusas,  decidió orillarse en una bahía en medio de la nada y por primera vez en todo ese gris día se permitió sollozar.

Cuan complicado era entender sus decisiones, que difícil era evitar ser seducido por  el dulce contacto de lo que le hacía daño, ese oscuro placer de lo prohibido y lo mortal, que terminaba llevándolo precisamente al lugar del que escapaba.

Ya no quería vivir en el laberinto de sus emociones, quería ser libre para gritar sin consecuencias y para extender las ardientes alas de su alma; ¿cuantas veces se había sentido así? Con la derrota rozando los labios y la infamia en los ojos de los vencedores, pero de que servía jurarse que no habría de cometer el mismo error, si veía esos crueles ojos en todas las personas que lo miraban, qué utilidad podría tener arengar a su espíritu, si la desconfianza amenazaba con cubrir cada una de sus acciones.

Sin embargo, ahí en un punto aleatorio de la carretera, en una pequeña isla artificial rodeada del mortífero oleaje de vehículos desbocados, comprendió que  su vida consistía en un viaje con destino seguro pero parajes desconocidos, y la única manera de mantenerse en ella era no detenerse para mirar atrás, enfrentarse a contramano con el mundo y aferrarse al viaje por el viaje mismo, por que solo si continuaba en el camino podría vislumbrar lo que le deparara el porvenir.

-          Ya no podrás tocarme - se dijo en voz alta – aunque me hayas hecho tanto daño tus palabras no permanecerán en mi corazón y tu nombre no volverá a dormir en mi boca, tu recuerdo será solo una pesadilla indigna de ser contada y a partir de aquí, de mi derrota, de las cenizas que aún hieren mi ser, volveré a levantarme como el ave de fuego, y no habrá arrepentimientos, por que a pesar de tus inicuos esfuerzos, YO CREO TODAVÍA.

Las estrellas lo miraban lánguidamente y una nueva etapa veía la luz de sus ideas, no tenía aún la respuesta, pero sabía que de la disyuntiva nacería su nuevo yo, el dirigente de su propia vida…

martes, 30 de agosto de 2011

Gamble III

Nuevamente las hojas que se levantaban en sutil vuelo distraían su atención, era una imagen recurrente y sin embargo, por mucho que se repitiera, siempre tenía una particularidad más que notar, que capturar en la memoria para darle forma con la mente y convertirla en poesía improvisada para aquella a quien esperaba.

Él no sabía como describir esa sensación en su pecho, la emoción de la conquista y del flirteo, de solo arrojar un poco el anzuelo y obtener siempre la pesca de lo incierto, de la aventura por sí misma, de la competencia que se repetía una y otra vez a lo largo de su vida.

De niño en los juegos, de adolescente en las materias, de joven adulto en las mujeres, las cuales siempre tenían algo distinto que ofrecer; las maduras experiencia, pues sentía que ellas veían su tiempo marcharse a prisa y por tanto no tenían humor para juegos y coqueteos, eran directas con lo que querían y no se andaban por las ramas, casi siempre divorciadas sabían demasiado acerca de las conversaciones trilladas como para entrometerse en alguna, las jóvenes ingenuidad, un montón de ilusiones disfrazadas de control e indiferencia, de desdén y sensación de mujerismo fatal que rayaba en lo tierno desde su punto de vista de conquistador.

Muchas y muy variadas, y sin embargo ninguna menospreciada o insultada, todas ellas tenían su sitio, un lugar en sus ideas que lo tenían siempre ocupado en sus textos, sus canciones, sus anécdotas, todas ellas diseñadas con precisión para alcanzar sus metas; habría alguno que cuestionara sus formas, pero nadie sus resultados, y es que, como antes, en su infancia, lo que importaba era ganar, sacar algo de cada esfuerzo, llenarse de uno mismo en la victoria y nunca flaquear en la derrota, como cuando había derrotado a sus rivales uno por uno a los golpes, en las máquinas y en otros juegos, como cuando había sacado la casta entre sus amigos y primos teniendo novia antes que sus otros contemporáneos, como cuando había deslumbrado a todos en un concurso de canto, así se sentía salir a cazar nuevamente, esa emoción inundándolo todo y diciéndole que al final él saldría victorioso a pesar de los pronósticos.

-          Disculpa la tardanza, tuve problemas para salir del hospital temprano- dijo ella entre sofocada y nerviosa, demostrando en sus mejillas sonrojadas algo más que el cansancio de la carrera emprendida.
-          No hay espera más dulce que la que conlleva algo valioso, y no se de nada más valioso que esa sonrisa de tu boca que me vienes regalando apenas llegas…
-          Tú siempre hablando en verso, se me hace que así le dices a todas eh…
-          Quizás, pero no a todas les puedo escribir versos como este que te tengo a ti, ¿y sabes por qué no?
-          ¿Por qué señor don Juan?
-          Por que no todas me inspiran lo que tú…

La tarde transcurre entre risas nerviosas y versos lindos, ella no lo sabe, pero en ese momento su simple presencia inunda el pecho de él con la sensación de que ha nacido una nueva aventura…

Gamble II

Esa noche cálida él observaba a través de la ventana hacia el mar, mientras sostenía un puro sabor vainilla al que le hacía los honores. ¿Por qué era tan difícil ser él mismo?  Compenetrarse con los demás, que le parecían tan diferentes, a pesar de compartir un mismo plano en sus existencias.
El oleaje le recordaba lo pequeño que era en comparación con el océano rugiente de almas que constituye la vida misma y entre tantas ellas, parecía que ninguna lo comprendía plenamente, ni siquiera sus camaradas que lo acompañaban a cada una de sus aventuras  parecían entender, cuando llegado el momento, se perdía en su abstracción para meditar acerca del porvenir, pero sobre todo, de sí mismo;  tampoco aquella con la que empezaba a compartir trozos de su alma le daba la seguridad de ir a su lado en aquel viaje incierto que le deparaba el futuro.
Sentirse extraño aún entre aquellos que parecían sus iguales  era constante en sus días, sin embargo,  por alguna razón entre los tres que compartían con él esa imagen, sentía confianza y por un breve instante, no se sentía solo en ese camino tan complejo que había decidido recorrer.
-          El camino que tú has elegido es el más difuso, porque decidiste hacerle frente a este gran muro de la “realidad”, quizás yo no pueda seguirte el paso, pero estaré apoyándote, los que te queremos, estaremos ahí ganes o pierdas.
-          ¿Y si no llego a ningún sitio?
-          Descubrirás que el camino en sí mismo es el verdadero reto.  
La conversación rondaba su mente y la noche seguía su paso, nuevamente el oleaje se hacía presente comenzando a arrullarlo, a pesar de haberlo llamado “viaje a ninguna parte” como una broma a las situaciones que vivían y a la música que escuchaban, lo cierto era que se convertiría en un parteaguas que los marcaría a todos… 

martes, 2 de agosto de 2011

Gamble

Ella escondió su mirada nuevamente, pero qué caso podría tener si su alma yacía desnuda enfrente de él, mientras tanto los ojos de él se movían nerviosamente, como impedidos de quedarse quietos, pues la estática para su mente incontenible, era igual que la muerte, ambos sabían que todo terminaba, pero ninguno quería hablar, ambos se negaban a comenzar su epitafio, el epílogo de una historia que jamás volvería a ser contada, como nunca regresan las hojas que se marchitan en el otoño, como jamás vuelve aquella mirada que solo se regala una vez en la vida.
- Dime al menos qu estás segura y me retiraré contento con la frente en alto.
- Es que no lo estoy, no puedo saber si me estoy equivocando, no quiero pensar si me estoy equivocando.
-Tienes razón, he formulado mal mi petición, al menos dime si es esto lo que quieres, lo que te dicta el alma, ese espíritu libre y a la vez condecendiente que te habita.
-  Te repito que no lo se, lo único que se es que te voy a extrañar, que ahora mismo he comenzado a hacerlo.
- Eso querida mía, no es una respuesta, pero considero que no puedo exigirte ni exigirme nada más que esto, después de todo lo único cierto es esta incertidumbre, después de todo lo único que tenemos es el azar y nuestras pretendidas decisiones... así que si de menos has decidido, yo me marcharé como te prometí, sin aspavientos, sin dolores, ni mucho menos reproches, solo con la imagen de tu felicidad que es mi premio.
- No se si voy a casarme a fin de año, no se que vaya a ocurrir, lo único que se es que he comenzado a añorarte, a depender de ti, a confiar en tu escencia, sin necesidad de oir tus palabras.
- En cambio lo que yo se en este momento es que mi corazón nuevamente está partido en dos mitades, una desea fervientemente volver a esperarte y prometer que estaré ahí si me necesitas, pero la otra no está dispuesta a pasar por eso, la otra sabe que no lo soportaría, que no es lo que me merezco y esta vez, debo dejar que gane la cordura en vez de la apuesta.
- Entonces no puedo decir nada más, no podría obligarte ni detenerte, no podría decirte si me estoy equivocando.
- Pero si puedes irte y dejar que me vaya...

Dejar ir es una virtud que pocos tienen, pero todo pasa y nada permanece, ahora ambos caminan juntos, pero saben que están más distanciados en su cercanía de lo que nunca volverán a estar y que como la tarde, aquello también se termina.

domingo, 31 de julio de 2011

Maldición y virtud

La maldición del tiempo es fluir hacia delante, corriendo desbocadamente hacia lo incierto, acercándose profundamente hasta el final, como un sinsentido furioso. La virtud del guerrero es similar y sin embargo completamente diferente, su virtud es avanzar sin mirar atrás, recordando lo necesario para no repetir sin sabores, pero aprendiendo más de ellos que de cualquier otra cosa, con la mente fija en su sueño y con el alma puesta en su objetivo, atesorando cada jornada como un ejemplo del valor adquirido, pero no sucumbiendo ante ninguna de ellas, sin permitir que el arrepentimiento inunde su espíritu, tu eres un guerrero, de modo que ya sabes y siempre has sabido lo que debes hacer...

domingo, 17 de julio de 2011

Raúl miró a su alrededor y se hartó de los brazos de María, al fin y al cabo, nada puede contener un ímpetu por siempre...

miércoles, 29 de junio de 2011

Nuevo ensayo sobre la derrota

Estoy harto del sabor de la derrota, de pronto me siento como una rama de trigo arrancada de mi tallo, justo en manos del quemante sol que despedaza de a poco y me quita la vida que antes me regaló.

A veces pienso que soy inconteniblemente incongruente, que lo que pido y lo que tengo tienen una diferencia tan abismal que mis pequeños mundos caben facilmente en esas fauces enormes de mis disparidades.

Antes pensé que podía crear una historia con gente de verdad y dentro de la historia lastimé a muchas personas existentes, sintiendo que de algún modo podría contener a la realidad en mi patética ficción; que cosa más idiota de mi parte, la realidad no se contiene, se sufre, se siente, se muere, pero nunca se atrapa.

Así las cosas nuevamente me siento derrotado, no me quedan muchas ilusiones y estoy cansado de perder, solo que tampoco siento ganas de ganar, en realidad no tengo ganas de nada más que de desaparecer con el sol, a ver si de mis cenizas algo mejor puede surgir...

jueves, 2 de junio de 2011

Y que importa si se jode el mundo, si se acaba el aire, si se secan los sueños. Que más da si eres otra desde  que me fui o si creciste mientras me largué.

Por que debería interesarme si estás tan lejos y tan inalcanzable, por que debería envidiarte, por que debería añorarte, cuando más debería odiarte, reprimirte, enviarte a algún rincón de mi maltrecha memoria, en que pueda disecar nuestra novela y volverla en realidad, en que pueda sacarme del alma tu mirada y dar un paso hacia la vorágine de lo incierto.

domingo, 15 de mayo de 2011

Suave murmullo que acompañas mis desvelos, llevate el cansancio de un alma confundida entre tus gotas heladas que purifican todo...


Estoy cansado de pensar en el futuro, no puedo mantener mis pies en el presente, y siendo eso todo lo que tengo, quizas necesite una nueva mirada profunda.

viernes, 13 de mayo de 2011

Extrañar? Quizás

No se puede dejar el opio solo con desearlo, no cuando ha penetrado tan profundo en las venas y en el alma. Su necesidad es imperante, es tan presente y nítida como cualquier otra adicción, es una bestia que se apropia de los sentidos.

No puedo dejar de lado que extraño y necesito, quizás me hace falta esa ridícula somnolencia, a lo mejor requiero otra vez el analgésico de la ignorancia, o es que me he acostumbrado a la burbuja del amor estúpido y apasionado ante el simple y llano dolor de la vida misma.

"Quien busca placer deberá estar preparado para hallar dolor", escuché lejanamente, pero yo no quiero eso, yo solo quiero vivir en el sopor generado por mis propias debilidades.

Vuelve pues opio mío.

Reincidencia

He visto mis manos nuevamente manchadas de sangre, pero su matiz se confunde ante la negrura de la noche; tal parece que he andado esta senda miles de veces, cual si la vida solo fuera un deja vu interminable, pero el tiempo corre, aún si es imperceptible, aún si pasa lentamente como el calor del verano que llena de sopor el ambiente.

Que más da si volví a cometer un error, acaso los hombres no somos mas que errores vivientes, máquinas orgánicas que van por ahí destruyendo lo que tocan como si sus dedos fueran huracanes en miniatura.

Me recuesto, se que nada volverá a ser igual, y que volveré a ver esta escena tantas veces como segundos queden antes de dejar de respirar, solo quisiera recuperar la sangre que he perdido, pero del lugar que brota, no es posible regresarla, pues es mi alma la que nuevamente esta desangrándose.