Vistas de página en total

jueves, 5 de noviembre de 2009

Capítulo 20 La sombra del caos

Los ojos de Raúl se abrieron lentamente, otra vez despertaba en un lugar distinto de su morada. Esta vez no se encontraba en ninguna casa, estaba en la Clínica privada de la Comunidad y a su lado nuevamente, aguardaba con un gesto de ternura infinita, la mujer en quien más confiaba, Julia Jaimes, quien al notar que él despertaba, cambió el dibujo de su rostro por una sonrisa fresca y sincera.

- Por fin regresas con nosotros, luego de tres larguísimos días, no tienes idea de lo feliz que me hace tenerte consciente- dijo ella con sincera alegría y un ligero rubor en sus mejillas.

- No recuerdo nada ¿Qué ha pasado Julia? ¿Me enfermé muy fuerte otra vez? Me siento muy cansado- contestó Raúl con un tono tan bajo que costaba trabajo oírle.

- Yo estaba en lo cierto, tu cuerpo estaba al límite cuando te hablé esa noche, pero quizás tardé demasiado en prevenirte, no importa ya, tendrás que descansar forzadamente y de seguro mejorarás- replicó Julia todavía con tono alegre, sin embargo al decir eso, tomó la mano del Emperador suavemente y puso una expresión de mucha seriedad para continuar hablándole- No volveré a descuidarte de ese modo y aunque suene contradictorio, se que no me perdonarías si callara lo que tengo que decirte. Se que cada vez que despiertas no hago más que hablarte de forma lúgubre, pero la Comunidad tiene problemas, Herson y yo tuvimos que decirle a Mindell de tu estado actual, y aunque esperábamos que reaccionara diferente, ha insistido en que ya no es suficiente el Consejo de Pilares, quiere que actúe el Consejo General Organizacional, tu sabes que solo se había planteado después de los problemas posteriores a la Gran Crisis, pero él insistió en que era necesaria su intervención ante tu precario estado, y al parecer, con respecto a tu hermetismo total sobre tu reunión en la Cámara; francamente Herson se disgustó mucho con él, le recriminó el hecho de que ni siquiera habías tenido tiempo de tratar con nosotros esa reunión, por que enfermaste casi inmediatamente, pero Mindell arremetió de una forma inexplicable con el tema de la mujer que has traído a tu casa sin presentarla abiertamente al Consejo de Pilares. Es un hecho que Mindell Quintana esta irreconocible, pero también es un hecho de que tiene razón acerca de que estipulamos la intervención del Consejo General en tu ausencia y en otros casos en que fuera meritorio, por eso no hemos podido negarle su petición, por más que lo deseáramos.

- Quizás desde un principio el pensaba eso… -dijo Raúl quedamente- No, no debo pensar así, lo que debe estar pasando es que el hecho de que Mindell esté así nos muestra que es un pilar confiable, por que se preocupa más por la Comunidad que por mi estado, pero en verdad me inquieta que el Consejo General tome una decisión peligrosa por que …

- Basta Raúl – interrumpió Julia con voz fuerte- tu no vas a hacer nada, ni siquiera quieras insinuarlo, solo descansarás, debes hacerlo- dijo Julia bajando la voz gradualmente, para después darle la espalda a Raúl y llevarse una mano a la frente, mientras apretaba la otra a la altura de su vientre- fui muy tonta al haberte dicho esto, pero era mi deber después de todo, yo también soy tu pilar y no por eso simplemente ignoro tu salud Raúl. Debiste verlo, ni siquiera preguntó más por ti, solo se limitó a escupir su propuesta de la intervención del CGO, al oírlo sentí algo tan extraño…- nuevamente Julia se detuvo un momento en su conversación, mientras cambiaba su mano de su frente a cubrir su boca, para después de unos breves momentos continuar- De cualquier forma, aunque sea cierto lo que dices y él solo actúa de forma profesional, o aunque se trate de alguna otra cosa, debes dejar esto en manos de Herson y mías, nosotros llevaremos tu voz al Consejo General y veremos por el bien de la Comunidad.

- Dijiste solamente los nombres de Herson y el tuyo, ¿Es acaso que Groso ya ha tomado partido por Mindell? – preguntó Ruiz mientras trataba pesadamente de incorporar su torso- ¿Qué dice él de todo esto?

- Octavio esta desaparecido desde que te enfermaste bajo la lluvia – dijo Julia aún dándole la espalda a Raúl- Nadie lo ha visto, ni hemos podido contactar con él, no sabemos si está bien, y aunque algunos comunitarios han empezado a buscarle por los lugares que frecuenta y hoy por la mañana dimos aviso a la policía, aún no tenemos nada.

- No puede ser- dijo Raúl con voz desesperada y dejándose caer nuevamente en la cama del nosocomio- todo esto, ¿por qué pasa ahora? Primero esa mujer y ahora esto…

- ¿A que te refieres Raúl? – preguntó ansiosa Julia al momento en que volteaba rápidamente a ver al Emperador, dejando ver sus hermosos ojos llenos de lágrimas- ¿Quién es esa mujer? No entiendo su presencia con nosotros.

- Mmm…- farfulló Raúl, mientras pensaba la manera en que explicaría la presencia de Lía- Ella es la única persona que me puede hacer dudar de la filosofía de la Comunidad, de hecho, es esa duda la que me impidió presentarla formalmente al Consejo de Pilares y abogar por que se quede con nosotros.

- La filosofía de la Comunidad es que no se le cierran sus puertas a nadie- dijo intrigada Julia- para que esa mujer te haga dudar de eso, tiene que ser una persona detestable.

Raúl sintió un golpe de ira dentro de sí mismo, pero pronto recuperó la razón y tranquilizó su corazón, pues simplemente no podía creer que esa ira se debiera a las palabras de Julia, ya que sabía que esas palabras eran poco menos que la verdad, y sin embargo, en alguna parte de su estúpido corazón, aún seguía defendiendo a Lía y eso dolía más que cualquier palabra hiriente.

- Quizás lo haya sido en el pasado, pero sería irresponsable de mi parte, además de hipócrita claro, estigmatizar a alguien por su pasado, prejuzgar su presente por sus acciones pasadas sería contrario a mi rol en la Comunidad, así que espero que entiendas que no debes expresarte así de nadie nuevamente.

Ahora fue Julia quien sintió una opresión en el pecho, ella sabía que no era consecuencia del pequeño regaño que había sufrido, sino del darse cuenta que Raúl estaba defendiendo a Lía, a pesar de lo que le había contado Herson, pero lo que le preocupaba realmente, era ese malestar tan grande que experimentaba al hacerse a esa idea, pues esa opresión solo podía traducirse en el más despreciable de los sentimientos después del odio y la lástima: los celos. Quizás por eso descuidó las demás labores de la Clínica mientras cuidaba a Raúl, quizás por eso, ni siquiera ella se creyó la excusa de que estaba cuidándolo tan fervientemente por ser el líder de la Comunidad y nada más por esa razón, quizás por eso el solo nombre de Lía Alarcón comenzaba a serle tan desagradable.

- No olvidaré lo que dices Raúl- le contestó en un tono firme Julia- pero merezco que me cuentes más acerca de ella.
- No es tiempo para eso Julia- replicó Raúl con más fuerza- ni es tiempo de quedarme a descansar mientras todo se cae a pedazos, debo ir ante el CGO, debo encontrar a Octavio y quizás hasta deba investigar a Mindell después de todo.
- He dicho que no lo harás Raúl, no quiero verte empeorar hasta morir, ¡ni quiero perderte! – Gritó Julia mientras nuevamente rompía en llanto.

Raúl se impactó un momento ante ese grito, pero rápidamente desechó la idea que cruzó su cabeza y se convenció a si mismo de que Julia era su mejor amiga y que por esa razón era por lo que lloraba, aunado a la desaparición de Octavio y al caos que imperaba en la Comunidad. Por lo que lentamente se incorporó de la cama y se dirigió a Julia, quien seguía sollozando y tomándola de la cintura le dijo:

- Julia, mi vida es la Comunidad, mi vida son los miembros y los pilares, esa es mi verdadera vida, yo no tengo otra ilusión, ni otro amor, es mi deber y como pilar, tu deber también es olvidar tus preocupaciones estrictamente personales hacia mi persona y verme como lo que soy, el dirigente de la Comunidad, ambos debemos cumplir con nuestro deber y resolver esto, Herson es valiente y valioso pero no podrá solo, quiero seguir confiando en Mindell, pero hay muchas cosas que no encajan con su actitud, debo cuidarlos a todos y lo que ahora urge es encontrar al miembro perdido del Consejo de Pilares, cerciorarnos de que esté bien y auxiliarlo en cualquiera que sea su situación, para después que él también nos acompañe ante el Consejo General Organizacional y defienda a los Comunitarios, debes venir conmigo en su búsqueda y aceptar que ese es tu deber primordial ahora.

Julia miró dentro de los ojos grises del Emperador durante largo tiempo, mientras su respiración se hacia lenta y su cuerpo temblaba trémulamente y después de ese tiempo mordió su labio y abrazó a Raúl diciéndole:

- Soy un Pilar de la Comunidad y he de cumplir mi propósito Raúl, vamos pues, debemos encontrar a Octavio Grosso, donde quiera que él esté.

No hay comentarios: